Escrito por:
Dr. Jorge Juan Medrano
Pediatra Neonatólogo
El cuidado de la piel es una de las principales preocupaciones de los padres y con justa razón, esta tiene muchas funciones protectoras: contra los rayos ultravioletas, químicos, infecciones, contra la pérdida de agua y sales de nuestro cuerpo y también controla la temperatura.
En la primera hora de vida, debido a cambios de temperatura y de la circulación de la sangre, vemos generalmente la piel rosada y las manos y los pies morados. Podemos observar la presencia de un pelo fino llamado lanugo principalmente en la frente, mejillas, hombros y espalda. En la nariz unos puntitos blancos llamados Milia, y en la espalda unas manchas oscuras que desaparecen para los 2 años conocidas como Manchas Mongólicas. Todos estos hallazgos son considerados normales.
Al nacer la piel es un 60% más delgada que la nuestra, se enfrenta a una gran cantidad de cambios debido a la transición de un medio acuoso que es el útero al ambiente externo que es mucho más seco. En la superficie la piel es neutra (pH 6.5) conforme pasan las semanas de vida el sebo, sudor y las bacterias que colonizan su superficie formarán una capa ácida protectora (pH 5.5) manteniendo la integridad de las diferentes capas que la forman y ayudando a evitar que crezcan baterías dañinas que causen infecciones. Esta acidificación de la piel ocurre más lentamente en los pacientes pretérmino y en las áreas cubiertas como la del pañal por lo que son más propensas a lesionarse.
En nuestro país existe la costumbre, que la madre tome leche de magnesia durante el embarazo para que el bebé nazca con la piel limpia, no nos gusta ver al recién nacido cubierto de grasa. Esa grasa es llamada Vernix, que en realidad es un protector de la piel con facultades antioxidantes, anti-infecciosas, humectantes y cicatrizantes. El Vernix se forma en el último trimestre del embarazo, y posiblemente estimula el desarrollo de la piel. En las últimas semanas antes de nacer se empieza a separar de la piel, se cree que esto ocurre gracias a sustancias formadas por el pulmón maduro, así que un bebe a término con un buen desarrollo pulmonar presentará un líquido amniótico en ocasiones turbio por el Vernix que flota en él.
Hacia el segundo día de vida, la piel reacciona en forma normal al medio ambiente nuevo, presentando lesiones rojas parecidas a picadas que se llama Eritema Tóxico ocurriendo en todo el cuerpo pero principalmente en la cara. Posteriormente a través de la leche materna el bebé recibirá hormonas que harán que la piel del recién nacido se comporte como la de un adolescente, observaremos lesiones rojas con puntos amarillos que se denominan acné del recién nacido, estas lesiones desaparecen algunos meses después del nacimiento.
También la piel forma vitamina D al tener contacto con los rayos del sol, esta hace que el calcio de la leche pase a los huesos haciéndolos fuertes.
Como vemos la piel del recién nacido es muy diferente a la de un adulto, muy dinámica, en constante cambio y vital para el desarrollo. Además está el Cordón Umbilical, que era la unión vital entre la madre y el feto por donde recibía oxígeno, alimento y eliminaba desechos. Este se desprende por si solo alrededor de los 14 días de vida, y debe mantenerse seco y limpio evitando sangrados e infecciones.