Escrito por:
Licda. Ivett del R. Martinez V.
Especialista en Estimulación Temprana y Orientación Familiar
La Estimulación Temprana surge a mediados del siglo pasado con la intención de atender a niños con alguna deficiencia, a aquellos cuyas madres habían tenido problemas durante el embarazo, partos prematuros, niños con síndrome de Down (Trisomia 21), parálisis cerebral, entre otros. En Panamá, esta dio inicios en 1970 (IPHE), en ese entonces se le llamaba “Estimulación Precoz”.
Al observar los avances que ellos lograban; se empezó a implementar en niños sanos para no perder las grandes posibilidades que este posee.
No se pretende desarrollar niños precoces, ni adelantarlos en su desarrollo natural, ni sobre estimularlos, sino ofrecerles una amplia gama de experiencias que sirvan como la base para futuros aprendizajes.
Según Jean Piaget, todo aprendizaje se basa en experiencias previas, entonces, si el niño nace sin experiencias, mediante la estimulación se le proporcionarán situaciones que le inviten al aprendizaje. La idea es abrir canales sensoriales para que el niño adquiera mayor información del mundo que le rodea.
Es sumamente importante conocer al niño y hacerle una valoración a través de la observación y la evaluación (por un especialista en ésta rama) para saber dónde debemos iniciar y ofrecerle así una gama de experiencias poniendo atención en sus áreas de desarrollo y al mismo tiempo ir estimulado la atención y la memoria, ya que si a los niños se les sobre estimula, no podrán aprender a mantener la atención ni a reaccionar como debe ser ante un estímulo.
Los genetistas aseguran que la inteligencia está determinada en un 80% por la herencia y en un 20% por el medio ambiente, por lo tanto, lo que se puede hacer por los niños es sorprendente. Los investigadores han descubierto que el cerebro tiene una evolución desmedida en los primeros años de vida, por lo tanto es un momento donde el aprendizaje tendrá una fuerza impresionante, y es responsabilidad e los padres y de la escuela dar al niño un ambiente rico para poder despertar sus energías ocultas, es importante poner al pequeño frente al objetivo de aprendizaje, no resolverle el problema que se le presente, sino que lo invitarán a indagar sobre el mismo dejándolo experimentar.
Es muy importante hacerle ver a los padres de familia que una vez inicien la Estimulación Temprana a su bebé, no deben dejar de darle el seguimiento adecuado ya que al estimular al niño, se le está dando un mundo de conocimientos, su cerebro y sus neuronas se acostumbran a esto y si se suspende repentinamente la repercusión en el niño puede ser el caer en un vacío y retroceder en su aprendizaje.
Ahora bien, se debe estructurar un plan con objetivos claros y tomando en cuenta las áreas que conforman al niño como tal, considerando que exista un equilibrio entre las mismas para lograr un desarrollo integral.
Consideramos importante que el bebé participe en un programa de estimulación temprana a partir de las 3 semanas de vida. Durante las primeras semanas de vida la cantidad de estímulos es inmensa y debemos aprovechar todo su potencial para desarrollarlo adecuadamente y se tiene hasta los 5 ó 6 años que es cuando su maduración se completa.
Con esto lograremos en un futuro niños investigadores, seguros, audaces y capaces de ir en busca de la satisfacción de sus propias necesidades teniendo con esto aprendizajes significativos.